Equipo Whiplash / Francesca Cordido, 23 de junio de 2023
Las marcas son los mayores influencers de nuestro tiempo
En el mundo dinámico e interconectado de hoy, las marcas se han convertido en los mayores influencers culturales, morales y políticos, modelando los valores, creencias y comportamientos de individuos y sociedades.
Uno de los cambios significativos en los últimos años es la creciente expectativa de que las marcas asuman una postura clara en cuanto a temas sociales y políticos. Los consumidores ya no se conforman con que las empresas que permanezcan neutrales ante los desafíos de nuestro tiempo.
En cambio, buscan activamente marcas que se alineen con sus propios valores y demuestren un compromiso con la responsabilidad social. Este fenómeno presenta una oportunidad única para que las marcas se conecten con su público objetivo a un nivel más profundo y significativo.
Las marcas que asumen su papel como líderes culturales tienen el potencial de generar conversaciones, desafiar las normas sociales y promover cambios positivos. Al aprovechar sus plataformas, estas marcas pueden amplificar las voces marginadas, promover la inclusión y abordar temas críticos como el cambio climático, la justicia racial y la igualdad de género.
Al hacerlo, se establecen como líderes de pensamiento, ganando la confianza y lealtad de los consumidores que comparten sus valores.
Con el poder, viene la responsabilidad
Sin embargo, asumir el papel de líder cultural conlleva una gran responsabilidad. Las marcas deben abordar las cuestiones sociales y políticas con autenticidad, transparencia y sensibilidad.
Es indispensable entender los temas, investigar exhaustivamente y participar en diálogos significativo con las partes interesadas para comprender a fondo las preocupaciones de la sociedad. De esta manera, las marcas pueden evitar un activismo superficial y asegurarse de que sus acciones se alineen con sus valores declarados.
La campaña «Dream Crazy» de Nike sirve como un excelente ejemplo de una marca que aprovecha su influencia para abordar un tema controvertido. Al presentar a Colin Kaepernick, el exjugador de la NFL conocido por sus protestas contra la injusticia racial, Nike hizo una declaración audaz sobre la importancia de defender lo que se cree.
Si bien la campaña generó tanto elogios como críticas, Nike se mantuvo fiel a sus valores fundamentales y finalmente cosechó las recompensas, experimentando un aumento en las ventas y solidificando su posición como una marca que aboga por la justicia social.
La sostenibilidad es más que una declaración
Más allá del liderazgo cultural, las marcas también tienen un papel que desempeñar como en términos de ética empresarial. A medida que las empresas priorizan cada vez más el propósito junto con la rentabilidad, deben integrar consideraciones éticas en sus operaciones.
Esto implica adoptar prácticas sostenibles, garantizar condiciones laborales justas y respetar los derechos humanos en toda su cadena de suministro. Las marcas que priorizan la conducta ética no solo atraen a consumidores conscientes, sino que también contribuyen a un futuro más equitativo y sostenible.
Patagonia, la empresa de ropa de exterior, ha sido reconocida durante mucho tiempo por su compromiso con la sostenibilidad ambiental. Desde el uso de materiales reciclados en sus productos hasta la defensa de iniciativas de conservación, Patagonia se ha posicionado eficazmente como líder moral en la industria. Al alinear sus prácticas comerciales con los valores de sus clientes, la marca ha cultivado una comunidad apasionada de defensores que se enorgullecen de apoyar su misión.
Sin embargo, es importante tener en cuenta que las marcas deben evitar el «greenwashing» o participar en gestos vacíos para aparentar ser éticas. Los consumidores son cada vez más exigentes y pueden detectar rápidamente intentos superficiales de aprovecharse de problemas sociales y ambientales.
La autenticidad y el compromiso genuino con el cambio positivo son clave para mantener la credibilidad y la confianza de los consumidores.
Asumir una posición conlleva riesgos
En una era de polarización y mayor conciencia política, los consumidores esperan que las marcas tomen una postura sobre temas que afectan a la sociedad en general. Ya sea abogando por una reforma migratoria o apoyando los derechos LGBTQ+, las marcas tienen el potencial de dar forma a la opinión pública e impulsar cambios en las políticas.
Sin embargo, cuando las marcas se involucran en discusiones políticas, deben estar preparadas para posibles críticas y controversias. Asumir una posición clara puede alienar a ciertos segmentos del mercado, lo que puede llevar a boicots o publicidad negativa. El reciente caso de Budweiser, y su campaña de Bud Light con el actor transgénero, Dylan Mulveny, como imagen de marca, es un buen ejemplo.
Sin embargo, las marcas que se mantienen neutrales corren el riesgo de ser percibidas como cómplices o irrelevantes. Por ello es indispensable evaluar los riegos, y tener un conocimiento profundo de la propia marca, de manera que en cada acción queden reflejados sus valores y propósito de manera clara y consistente.