Equipo Whiplash 14 de noviembre de 2025

Memes, reels y cultura pop: el nuevo lenguaje del branding

Los códigos de comunicación han cambiado. Las marcas deben aprender a habitar los lenguajes de internet: memes, reels, referencias a la cultura pop y formatos efímeros que marcan la agenda cultural de millones de personas cada día.

El meme, más que una broma visual, se ha convertido en una forma de narrar la realidad colectiva. Diversos investigadores lo han definido como un “vehículo cultural” que transmite ideas y emociones de manera rápida y reconocible. Limor Shifman, profesora de la Universidad Hebrea de Jerusalén, sostiene en su libro Memes in Digital Culture que los memes funcionan como unidades culturales que se replican, adaptan y transforman, creando cohesión entre quienes los comparten.

Las marcas que utilizan memes no lo hacen para “ser graciosas”, sino para demostrar que entienden los códigos de la conversación digital. Netflix, por ejemplo, ha convertido sus perfiles en auténticas fábricas de memes, donde fragmentos de sus series se transforman en comentarios sociales que viajan más allá de la propia plataforma.

Reels y el dominio del contenido breve

El auge de TikTok y la respuesta de Instagram con los reels han establecido un estándar de consumo audiovisual: rápido, breve y altamente creativo. Un informe de HubSpot señala que el 73% de los consumidores prefieren vídeos cortos a la hora de informarse sobre productos o servicios.

Este formato no solo es más accesible para los usuarios, también permite a las marcas experimentar con narrativas ágiles, basadas en tendencias musicales o coreográficas que potencian la viralidad. En este espacio, la perfección técnica importa menos que la autenticidad y la capacidad de generar cercanía.

La cultura pop como territorio compartido

Series, canciones, videojuegos o fenómenos virales funcionan hoy como puntos de encuentro entre audiencias diversas. Las marcas que incorporan referencias a la cultura pop no lo hacen únicamente por oportunismo, sino porque esos universos forman parte del imaginario colectivo de sus consumidores.

Un caso ilustrativo es la campaña de Burger King en España que parodió el icónico tráiler de La Casa de Papel para lanzar una promoción. Al apropiarse de un símbolo cultural vigente, la marca consiguió aumentar la notoriedad y la interacción con públicos jóvenes, integrando humor y complicidad sin perder su tono característico.

El reto de la relevancia sin caer en la impostura

Aunque memes, reels y referencias culturales son herramientas poderosas, también presentan un riesgo: la falta de autenticidad. Cuando una marca fuerza un lenguaje que no le es propio, la reacción suele ser el rechazo o la indiferencia.

El éxito depende de tres factores: coherencia con la identidad de marca, capacidad de adaptación a los códigos digitales y velocidad para sumarse a la conversación en tiempo real. Como advierte Jonah Berger, profesor de marketing en Wharton, “las ideas que se difunden son aquellas que se sienten naturales en el contexto cultural en que aparecen”.

En este sentido, la clave no está en producir memes o reels por producirlos, sino en encontrar la manera de aportar valor y entretenimiento a las comunidades digitales, respetando su lógica interna.

Un lenguaje en constante evolución

El branding ya no se limita a manuales de identidad visual o campañas cuidadosamente planificadas. Hoy, gran parte de la relevancia se juega en entornos donde el lenguaje es fluido, cambiante y colectivo. Comprender que los memes, los reels y la cultura pop son espacios de construcción de significado es reconocer que las marcas deben aprender a conversar en lugar de monologar.

Esa conversación requiere humildad, rapidez y, sobre todo, autenticidad. Solo así las marcas podrán habitar estos nuevos lenguajes sin perder credibilidad, convirtiendo la cultura digital en un aliado estratégico en lugar de un territorio ajeno.

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