Equipo Whiplash, 11 de diciembre de 2020
La sostenibilidad será el gran reto de las marcas en el 2021
El 2021 se perfila como un año en el cual, tras la pandemia del COVID-19, el consumo responsable seguirá creciendo como tendencia. Diversos estudios señalan que las marcas que adopten medidas para incorporar la sostenibilidad no sólo en su operativa cotidiana, sino como parte de su propósito, tendrán mayores oportunidades de crecer y aumentar su cuota de mercado.
Sin duda queda un largo camino por recorrer para lograr el objetivo de una sociedad más responsable y un viraje total hacia la bioeconomía. También es necesaria una mayor implicación por parte de los ciudadanos, como señalaban los ponentes del foro virtual “Construyendo el futuro: sostenibilidad, empresa, sociedad y consumidores” que reseñamos en este espacio hace unas semanas. Sin embargo, en la medida en que las generaciones Millennial y Z ganan peso en el mercado de consumo, las organizaciones no tienen otra alternativa que tomar en cuenta sus demandas de productos sostenibles y marcas alineadas con sus valores.
Como datos, a escala global el estudio “Consumer Products and Retail: How sustainability is fundamentally changing consumer preferences”, realizado por el Capgemini Research Institute, muestra que el 79% de los consumidores está cambiando sus preferencias de compra en función de la responsabilidad social, la inclusión o el impacto ambiental. Mientras, en España, el informe“El Comercio Justo en España 2019” elaborado por la Coordinadora Estatal de Comercio Justo (CECJ),muestra que el consumo de productos certificados de comercio justo aumentó un 130% en 2019 con relación al año anterior.
En la misma línea, un informe publicado a principios de año por el buscador online de productos con certificado de sostenibilidad Clickoala en colaboración con el instituto de investigación social Empirica, afirma que para el 77% de los españoles el que un producto tenga un certificado ecosocial es un incentivo a la compra. Además, tras la pandemia del COVID-19, de acuerdo con el estudio “La red del cambio: los consumidores frente al reto de la recuperación sostenible”, realizado por Wallapop en colaboración con Ipsos, el 80% de los consumidores seguirá buscando productos más sanos y respetuosos con el medio ambiente y el 77% incorporará el comercio local a su consumo habitual.
Todos estos estudios apuntan a que, tanto en el mundo como en nuestro país, la tendencia hacia un consumo más responsable sigue ganando terreno, y de acuerdo con un artículo del instituto de investigación sobre marcas, medios y tendencias IPG Media Lab, “la conciencia sobre la sostenibilidad solo se ha acelerado durante la pandemia de COVID”.
Las causas de esa creciente conciencia residen en que los factores ambientales y sociales han estado en el centro de la escena global. Por ejemplo, el hecho de que la contaminación en términos generales disminuyese como consecuencia de la gente se quedaba en casa mostró de forma palpable el impacto de las actividades que realizamos a diario y puso de manifiesto la necesidad de que las empresas hagan un mayor énfasis en sus esfuerzos por ser más sostenibles.
Por otra parte, los consumidores están más atentos y se han vuelto más conscientes de que muchas empresas sólo aparentan ser sostenibles y que sus acciones no son consistentes con su discurso. En este sentido, los sellos y certificados son una forma clara de evidenciar la viabilidad de un producto en cuanto a sostenibilidad se refiere. Así, los consumidores buscan la certificación PEFC para garantizar el origen sostenible de los productos de origen forestal, como es el caso de Fairtrade para comercio justo, o el sello MSC, que garantiza que el pescado y marisco utilizado en los productos ha sido capturado de forma sostenible.
Así pues, el 2021 se presenta como un año de retos para las organizaciones y las marcas en términos de sostenibilidad. Aunque es cierto que desde el mundo empresarial se están haciendo grandes esfuerzos para hacer de la sostenibilidad un elemento intrínseco, queda mucho por hacer y los ciudadanos denuncian que existen aún muchas barreras como la falta información, el etiquetado y el precio, por sólo nombrar algunos.