Equipo Whiplash, 21 de mayo de 2021
El poder del relato de marca
La capacidad de construir un relato de marca potente y cautivador es esencial para cualquier organización. Puede ser un elemento diferencial que no sólo la ayude a posicionarse, sino también a ganarse el corazón de los consumidores.
Para el ser humano, la narrativa es parte de su evolución. Las historias son, desde tiempos inmemoriales, una herramienta para transmitir cultura, valores y legado. Para las organizaciones son, además, una forma de construir una marca potente que conecte con sus usuarios, motivándolos, inspirándolos y creando una percepción positiva que genere lealtad y cariño.
Pero construir el relato de una marca no siempre es sencillo. Requiere de un conocimiento, tanto de la organización como de su audiencia. Un relato de marca bien estructurado y comunicado debe exponer con sencillez las complejidades que hay tras la visión, los valores y el propósito de una empresa, generando empatía con los públicos objetivo, conectando con sus aspiraciones y con sus necesidades.
Además, implica un trabajo concienzudo de organización de aquello que queremos contar. El relato de la marca es, en pocas palabras, la narrativa que sostiene y explica lo que es la marca, por qué existe y para quién. Conecta la historia de la marca, con su identidad y con aquello que perciben los consumidores.
Sin duda, toda organización tiene una historia que merece ser contada. Sin embargo, muchas se pierden en la anécdota, olvidando dónde está el núcleo del relato: lo que son y lo que quieren transmitir. Así, en muchas ocasiones, el mensaje se dispersa y acaba siendo un cúmulo de ideas inconexas y ambiguas, incapaces de conectar con los deseos y aspiraciones de los usuarios.
Para ser eficaces en la construcción de un relato de marca efectivo hay que tener en cuenta que toda la comunicación de la organización debe ser coherente con aquello que inspira a la marca. Debe, además, responder a una intención y a una propuesta de valor que apoye la estrategia de negocio, alimentando la comunicación con los usuarios y respaldando la visión general de la empresa.
Cada pieza que se produce y se publica, independientemente del formato, sea un vídeo, un post, una nota de prensa o un anuncio, forma parte de la comunicación estructural de la marca. Por ello, es importante que entre todas ellas exista un hilo conductor, no necesariamente evidente, pero sí consistente con lo que postula la marca, con cómo actúa en el contexto general y con aquello que defiende.
Es cierto que la mayoría de las empresas que encabezan las listas de las mejor valoradas del mundo tienen un relato profundamente ligado a la historia de sus fundadores, como es el caso de Apple, Microsoft, Amazon o Tesla, pero el relato de la marca trasciende la génesis del negocio, su cronología. Es una manifestación constante de cómo vive y respira la marca su razón de ser, su cultura y sus valores. Y así debe ser contada.