Equipo Whiplash, 10 de junio de 2022

Las marcas abrazan la filosofía Cero Residuos

Desde hace ya algunos años, la contundencia de los datos sobre los efectos de los desechos plásticos en el planeta ha movilizado a todos los sectores en la cruzada contra este derivado del petróleo. Mientras, el movimiento Zero Waste –Cero Residuos– se fortalece y cada día son más las marcas se suman a la filosofía de producir generando la menor cantidad de desperdicios posible.

Se calcula que cada segundo se vierten 200 toneladas de plástico a los fondos marinos. Si no se toman medidas contundentes, se prevé que en el año 2050 habrá más plástico que peces en los mares y océanos.

Utilizar bolsas de papel o tela, adquirir productos con envases biodegradables o comprar a granel son algunas de las medidas cada vez populares para reducir la cantidad de envoltorios plásticos que acaban en los vertederos.  

Entre empresas y comercios se impone la filosofía Cero Residuos, que implica “diseñar y administrar productos y procesos para evitar y/o eliminar sistemáticamente el volumen y la toxicidad de los desperdicios y de los materiales utilizados, y no quemarlos o enterrarlos, eliminando así todas las descargas a tierra, agua o aire que son una amenaza para la salud del planeta”.

Por su parte, los clientes exigen cada vez más que las marcas que apoyan ofrezcan pruebas tangibles de que su operación del negocio es sostenible y amigable con el medio ambiente, la sociedad y el planeta.

No hay que olvidar que las marcas responsables pueden ser una fuente de bien común ya que tienen la capacidad de influir en las personas y en la sociedad, generando al mismo tiempo beneficios para la compañía.

Adoptar e implementar la filosofía Cero Residuos puede sin duda tener un impacto positivo en la construcción de una relación de confianza entre marca y consumidor, siempre y cuando sea parte de su propósito, de su razón de ser, y no una medida coyuntural o cosmética.  

Entre los ejemplos de grandes compañías que se han sumado a este movimiento están Google y Microsoft. Google reutiliza todos sus centros de datos obsoletos, sus muebles y además promueve el compostaje de todos los residuos orgánicos que se generan.

Microsoft por su parte, fue la primera gran corporación que obtuvo el certificado Zero Waste del Green Building Council de Estados Unidos. Además, ha implementado un sistema de gestión eficiente de energía.

En España tenemos ejemplos de empresas nacidas bajo la filosofía Zero Waste, como la tienda online Usar y reusar o Unpacked Shop, que abrió sus puertas hace unos años en Madrid.

En este último comercio se vende todo a granel, desde legumbres hasta champús sólidos, y los consumidores pueden llevar sus bolsas y botes de cristal para hacer la compra o adquirirlos en el establecimiento, eliminando así los envoltorios y el plástico omnipresente en todos los productos envasados.

Un modelo que funciona

La creadora de Unpacked Shop, María Arias, señalaba en una entrevista publicada poco después de abrir la tienda, que era un comercio para todo tipo de público: «Entra tanto gente mayor como gente joven. Para los primeros es como entrar en las tiendas de su infancia, pero con un aire más moderno».

El planteamiento empresarial de Arias funciona. Busca acercarse a una economía circular y más ecológica, utilizando proveedores locales para reducir la huella de carbono de los productos y mejorar las condiciones de vida de los productores locales.

Es un concepto que abraza la bioeconomía de manera integral trasladando al consumidor de manera coherente el espíritu del negocio por medio de acciones tangibles en la operativa cotidiana de la empresa. “Nuestra idea es crear un modelo nuevo, pero accesible. Y siempre respetuoso con el medio ambiente”, dice María Arias.

Propone un tipo de empresa que ha calado en España y que el norte de Europa ya es bastante popular. Un modelo empresarial que está dando resultados y que pone de manifiesto la integración de la sostenibilidad de manera creíble y sincera, como parte medular de la marca y de su estrategia de negocios, alineando el propósito y los valores de la organización con los valores y necesidades de los usuarios.

Esta es la clave para construir confianza, fidelidad y compromiso entre el cliente y la marca.

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