Equipo Whiplash, 22 de julio de 2022
Nuevas expectativas para nuevas generaciones
La llegada al mercado laboral de nuevas generaciones con mayores expectativas acerca del rol social de las empresas obliga a éstas a asumir su nuevo papel. Las organizaciones deben conectar su propósito con los valores y aspiraciones de la sociedad y de los perfiles que desea captar. Esa es la clave para ofrecer un proyecto ilusionante que atraiga y retenga al mejor talento.
Atraer y retener al talento adecuado es una de las claves en la gestión empresarial en el escenario actual. La incorporación de las nuevas generaciones Z y Millenials al mercado laboral, así como la exposición continua de las organizaciones a través de las redes sociales e Internet, han provocado un incremento de la sensibilidad hacia el employer branding, por una parte, y hacia la gestión de intangibles por la otra.
El employer branding, la técnica mediante la cual las organizaciones promueven y posicionan su marca entre sus potenciales candidatos ofrece diversas estrategias para retener y captar el talento, que parten alinear la cultura y los valores de la organización con aquellos del perfil de profesional que queremos atraer.
Parten, por lo tanto, de la gestión de una fracción de los intangibles de la empresa que se materializa, como el resto de ellos, en lo que ésta hace, cómo lo hace, y cómo lo comunica a sus diversos stakeholders, entre los que se cuentan los potenciales candidatos a formar parte de la plantilla.
Esa cultura y valores junto con la identidad corporativa que nacen del porqué de la organización. De su propósito vital. Ese profundo sentido de misión, alineado en las acciones y comunicación de la empresa con las expectativas de sus potenciales talentos, debe constituir un proyecto ilusionante del cual querer formar parte.
En este sentido la encuesta Gen Z and Millenials Survey 2022 de Deloitte es reveladora en cuanto a la importancia que tiene para esta nueva generación estar satisfechos con el propósito de su empresa y compartir sus valores.
El cliente social
Como señala Christopher Smith en su artículo “El tercer cliente”, incluido en el estudio En busca del alma de las organizaciones”: “(…) Las perspectivas de los jóvenes que se están incorporando al mercado laboral también han evolucionado. Siendo importante, como siempre, la remuneración, vemos como cada vez más son atraídos por empresas que les ofrecen un proyecto de realización personal (…)”.
Por otra parte, apunta el estudio de Deloitte, en estos tiempos inciertos, tanto Millenials como los miembros de la generación Z, están reevaluando sus prioridades y esperan más del liderazgo empresarial.
Para atraer y retener talento, las organizaciones “deben actuar con urgencia para dar forma a modelos de trabajo que satisfagan las expectativas de su gente. Será fundamental priorizar el equilibrio entre el trabajo y la vida personal, el aprendizaje y el desarrollo y el bienestar, al igual que tener un propósito claro y brindar a los empleados la oportunidad de abordar los problemas sociales a través de su trabajo”, señala el informe.
Todo esto forma parte de un cambio estructural en los valores y paradigmas de la sociedad que ha dado lugar a una nueva tipología de cliente que Smith define como «el cliente social» en el artículo citado. Es un cambio que obliga a las empresas a asumir su rol social y a conectar su propósito con las aspiraciones de la sociedad para enarbolarlo como el mejor incentivo para atraer, captar y retener a tanto clientes como talento.